La historia de DURALEX, una vajilla de nuestra nostalgia

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Acto seguido, empezaron a sucederse miles de reacciones y comentarios de personas que reconocían tenerla todavía o haber comido a lo largo de sus vidas en esta vajilla Duralex, de origen francés y que empezó a comercializarse en el país vecino en 1945. Pero ¿cómo llegó a los hogares españoles y por qué evoca tanta nostalgia?

Si mucha gente aún conserva parte de esta vajilla es por su condición de «prácticamente irrompible» –como presumía la propia marca en sus anuncios allá por la década de los sesenta– gracias a su material: el vidrio templado, que se consigue calentándolo gradualmente hasta alcanzar temperaturas de 700 grados centígrados y enfriándolo súbitamente. «Resiste a los golpes y pasa del agua hirviendo a la fría sin riesgo de rotura», anunciaban.

«Es un vidrio mucho más resistente y que, en caso de romperse, lo hace en bolitas, evitando así que te puedas cortar»,

El vidrio templado fue descubierto por la empresa francesa Saint-Gobain en 1939, aunque para otro uso. «En un inicio, este material se creó para fabricar lunas de automóviles». Pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial lo convirtió en un nuevo producto (vajillas resistentes) destinado a las familias más humildes y en 1945 quedó registrado bajo la marca Duralex. «Era un producto barato, de hogares obreros y para uso diario», explica la presidenta de la Fundación de la Historia del Diseño.

Más tarde, a aquellas primeras vajillas transparentes de Duralex se sumaron las versiones en verde y ámbar. «En España fue toda una revolución porque hasta entonces se utilizaban vajillas de loza y porcelana que después quedaron relegadas únicamente a las ocasiones especiales; las de Duralex aguantaban más trote», 

«los platos de Duralex entraron en todos los hogares españoles, hasta el punto de que se identificaban con los avances modernizadores de la sociedad». «Esta vajilla y otros diseños extranjeros, como las medias de nailon, que también aparecieron por aquella época, simbolizaban el progreso».

¿Y tú? ¿Tenías (o tienes) por casa una vajilla Duralex? ¿La sigues usando? ¿La clásica, la ámbar o la verde? 

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